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AQUELLOS OBJETOS COTIDIANOS (5)
TXIMIST, CEGASA, TUDOR...
Pocos objetos era tan necesarios cuando nos faltaban. Las pilas eran un pasaporte para nuevos juguetes, necesarios muchas veces para escuchar música o para juegos increíblemente excitantes cuando utilizabas linternas o walki talki.
Para los nacidos a principios de los 60´s las pilas eran un elemento puntual. La mayoría de los juguetes eran mecánicos; sólo algunos concretos las requerían. Pero en la década siguiente cada vez más juguetes las necesitaban: aquellos coches dirigidos con cable (los teledirigidos ya llegarían en los 80,s), algunos trenes, el Electro L, , el Cine Exin, el Rescate Espacial, las muñecas que comenzaban a hablar y a mover los brazos y las piernas (la famosa muñeca de Famosa que se dirige al portal de Belén), pequeñas máquinas de coser de juguete, cocinas en miniatura, metralletas con luz y sonido, las cámaras de fotos Agfa, Kodak o Polaroid, los primeros reproductores de cassetes, tocadiscos de juguete.
Pero fue en los 80´s cuando los juguetes o juegos electrónicos comenzaron a dominar el mercado, también los aparatos para reproducir música como aquellos radio cassete portátiles Philips, Sanyo, los increíbles Walkman de Sony o los órganos/piano de Casio con los cuales muchos nos hemos creído grandes compositores. Casi todos los juguetes y juegos ahora exigían pilas: desde los más sencillos juegos de preguntas y respuestas (los Conecta), bingo o loterías electrónicos, el Auto Cross, el Simón, Operación, los microscopios...
Las primeras pilas más conocidas en España era sin duda las Tximist de la marca vasca Cegasa. Las recordaréis perfectamente por su color azul con el mapamundi y la marca Cegasa en el centro de color rojo y amarillo. Desde luego, un diseño con mucho encanto. Esta marca de pilas fue la que monopolizó desde los años 60 el mercado. Posteriormente fue Cegasa la pila que la sucedió (todo quedaba en casa). Otra pila con éxito fue la Tudor. Estas fueron las marcas predominantes hasta la década de 1980. Posteriormente con la apertura de España al exterior fueron muchas otras las que invadieron el mercado (Varta, Panasonic, Duracell, Ucar, Energizer, Maxell...
Además de los 3 tamaños clásicos que aún existen hoy en día, teníamos otros tipos de pilas. Las llamadas de petaca, de figura cuadrada con unos bornes de metal alargados (uno más que el otro). Se utilizaban sobre todo para linternas y algún juguete. El otro tipo era la pila de 9v, la de forma rectangular; utilizados para aparatos o juegos que necesitaban mucha potencia (coches teledirigidos, walki talki). En ambos tipos de pilas para saber si después de un tiempo de utilización aún tenían carga acercábamos la lengua tocando ambos bornes. Si tenia carga notábamos una pequeña descarga eléctrica con un sabor ácido en la lengua y así sabíamos que la pila estaba o.k.
Otro tipo de pila muy diferente pero que tuvo mucha difusión incluso hasta hoy en día han sido las de botón. Surgidas hacia mediados de los 70´s cuando aparecieron los primeros relojes digitales y las calculadores en miniatura. Primero aquellos relojes con led de color rojo que consumenían una barbaridad y que dieron paso a los míticos relojes digitales Casio. En cuanto a las calculadoras, también Casio dominó el mercado finalmente con permiso de las Texas Instruments (que también optaron por los led rojo de mayor consumo). Predominaron los productos Casio por su mayor eficiencia debido a la utilización de cuarzo líquido.
Y ya en los 90 con una mayor exigencia surgieron las pilas alcalinas (más potentes y duraderas que actualmente dominan el mercado). Muy caras al principio fueron poco a poco imponiéndose. Y la más famosa de todas ellas, la pila Duracell con su famoso conejito que dura y dura... hasta la actual pila que recarga y recarga. Aunque hoy en día siguen siendo importantes, el auge de las baterías han ido poco a poco arrinconándolas.
CUANDO ESTOS ELECTRODOMÉSTICOS NOS HACÍAN LA VIDA MÁS FÁCIL.
Si existió una marca que nos han acompañado desde muy pequeños hasta la actualidad y que además ha facilitado la vida cotidiana esa es la alemana Braun, aunque siempre con el permiso de su gran competidora, la holandesa Philips. Sin una no se entendería la otra. La competencia existente entre ambas logró sin duda que ambas fuesen mejores. Otras duras competidoras han sido Moulinex, Rowenta, Ufesa, Solac.
Al igual que ocurrió con muchas fábricas de empresas alemanas, destruidas por la II Guerra Mundial, tuvieron que comenzar desde cero. Braun no fue una excepción. Comenzó en los años 50 su nueva actividad aunque centrándose en la fabricación de radios y tocadiscos principalmente. Pero pronto se dan cuenta que el mercado de estos es limitado y competitivo. Entonces comienzan a innovar, quieren ser los primeros en el segmento del pequeño electrodoméstico para las viviendas, que está creciendo a pasos agigantados y con un gran futuro por delante. Se estrategia se basa en fabricar productos con un buen diseño, atractivo, de calidad y sobre todo útiles y prácticos para la vida diaria. Y algo esencial, que esté al alcance de todos los bolsillos.
El primer producto que da en la diana, con un éxito arrollador y del que han vendido miles y miles de unidades ha sido la afeitadora eléctrica. Con este invento Braun consigue un aparato efectivo, sencillo y duradero logrando evitar las engorrosas espumas de afeitar, las navajas que requerían un gran destreza para no cortarse la piel y las cuchillas de la época (nada de doble hoja y menos de triple). Y además por su tamaño era fácil de transportar con lo que se convirtió en un aparato muy utilizado en los viajes consiguiendo posteriormente eliminar el cable y que funcionasen con pilas.
Avanzan los años 60 y 70 y Braun crea y perfecciona multitud de pequeños electrodomésticos relacionados con la cocina y la alimentación. Fabrican entre otros la famosa Braun Citromatic.¿Quién no ha tenido una?. Especial para los niños a los que no le gustaba la fruta. Con ella se incorporaron los zumos por primera vez en el desayuno de los españoles. Exprimir naranjas con ella era la manera de que tomaran por lo menos algo de Vitamina C. Aprendimos a incorporar la fruta en el desayuno aunque fuese de manera líquida. Fácil de limpiar, con la novedad de que se podía extraer el máximo de zumo posible de la fruta al girar en los 2 sentidos y con la ventaja de que se podía regular el zumo al verter en el vaso la cantidad deseada simplemente levantando la lengueta. En la España de los años 70 y 80 si algo se ponía de moda, todos los consumidores compraban el producto masivamente y por cientos de miles. Estos fue lo que ocurrió con la licuadora; aunque no tuvo el éxito de la Citromatic tal vez por lo engorroso de su limpieza realmente extraía muy bien el zumo de las distintas frutas y algunas hortalizas.
Otro los éxitos fue la yogurtera. Este invento si que arrasó. En la época que se comercializó (finales de los 70) el yogur era un producto bastante caro. Quien reinaba en desayuno y cenas era la leche de vaca. La yogurtera democratizó el yogur sin ninguna duda. Para las familias numerosas (en esos años las éramos casi todas) supuso poder cambiar la dieta de manera barata y fácil. Lo único que había que hacer era verter un poco de yogur en cada recipiente, rellenarlo de leche y ¡voilá! después de 12 horas los teníamos de nuevo preparados.
Otros aparatos indispensables en la cocina fueron como no la famosa Braun Minipimer, la mítica trituradora y batidora de alimentos. Y hasta hoy en día. Con sus brazos intercambiables y sus distintas velocidades servía tanto para hacer postres como salsas, triturar hortalizas, postres, batidos, cremas ... pocos electrodomésticos han sido tan versátiles como la Minipimer. Y como curiosidad, para los más sibaritas también tenemos el abrelatas eléctrico Braun que cuando salió a la venta maravilló por su tecnología aunque para abrir una lata los demás seguimos con la apertura manual de toda la vida. Y para terminar de desayunar no puede faltar el molinillo de café, la cafetera y la tostadora.
Otros productos para el hogar con miles de unidades vendidas han sido las planchas, básculas de precisión para cocinar, básculas de baño y las aspiradoras. Braun siempre ha tenido una especial dedicación al cuidado personal. Además de las afeitadora también ha comercializado cortadoras de pelo. Pero dentro de este tipo de electrodoméstico han tenido especial éxito con los secadores de pelo. Ellos fueron los que inventaron el secador de mano que se utilizan por millones actualmente consiguiendo que aquellos secadores "de campana" portátiles, la Lady Braun Astronette (similares a los de las peluquerías) que había diseñado inicialmente y que eran tan engorrosos, pasaran a la historia. Y para reducirlo aún más de tamaño idearon el secador de viaje, aparato inexcusable hoy en día.
En los 80 Braun fabrica Lady Braun Epilette, la depilación a la cera casera, un sistema muy engorroso y doloroso sobre todo en fechas determinadas (¡Que viene el verano!). La luz se hizo cuando crearon la depiladora eléctrica. ¡Vivan las Epilady!.
También fabricaron despertadores, primero analógicos después digitales a los que se incorporó posteriormente la radio para un despertar más suave, proyectores de diapositivas (con la competencia de Agfa, Kodak, Reflecta), calculadoras, relojes de pared, afiladores de cuchillos eléctricos, cámaras de fotos, encendedores de cocina, tomavistas Super 8...
Y por último y como curiosidad tal vez recordaréis el Mach 2, ¿qué podía ser con ese nombre?. Nada más y nada menos que un mechero o encendedor ¡eléctrico!. Novedad absoluta, hasta el momento la chispa que prendía el fuego era siempre por rozamiento con una pequeña piedra incorporada.
CARPETAS, SELLOS DE CAUCHO, LUPAS, CINTAS DE MÁQUINA, PAPEL CARBÓN, FICHEROS, CARPETAS DE GOMAS...
Y muchos más artículos que nos hacen regresar muchos años atrás. Quien no ha visitado con sus padres las antiguas gestorías o las compañías de seguros. Y suerte si algún familiar cercano tenía un despacho... porque para un niño el poder investigar, buscar o descubrir un mundo tan diferente al cotidiano. Poder subirte a esas sillas giratorias y acercarte a esas grandes mesas, utilizar ese material de oficina que parecía tan mágico. Que maravilla eso de ser mayor.
Aunque en los años 70´s el concepto de oficina se mantenía muy parecido al de años anteriores fue la época en la que de manera clara en España se desarrollo este sector. Comienza a evolucionar el mobiliario y el material de oficina. Pero al comienzo de los 80´s con la irrupción de la informática en el mundo de la empresa, aunque en estos primeros años de manera tímida y a finales de la década de manera más decidida, comienzan a cambiar además el uso de los espacios y el interés por la ergonomía. Ya hay que pasar muchas horas al dia con la atención fijada en el "ordenador personal" lo que provoca que se realicen por primera estudios sobre las posturas , sobre la adaptación del mobiliario al cuerpo y sobre la fatiga muscular en el entorno del puesto de trabajo . Pero este proceso se realiza de manera gradual conviviendo 2 conceptos algo diferentes.
Intentaré recordar de manera ordenada en el tiempo los elementos de este este mundo tan fascinante. Estoy seguro de que excusaréis posibles olvidos pero también de que os haré recordar cosas que teníais muy olvidadas.
Hay unos elementos que no podían faltar en una oficina o despacho. Eran la esencia: las máquinas de escribir y el teléfono. Con respecto al teléfono hemos pasado de aquel armatoste pesado, fabricado en plástico negro, irrompible, con forma de sombrero torero y que debido su contundencia incluso se podría utilizar como "arma peligrosa" en caso de apuro. Eran aquellos que en su parte central tenían el famoso disco giratorio, un poco lento a la hora de marcar el número, pero en esos años el tiempo tenía otra dimensión; cuando solamente tenías que girar 6 veces el disco (7 en Madrid y Barcelona y creo que también en Valencia) para contactar con un número de teléfono un número de tu ciudad o provincia. Si querías llamar a otra provincia tenías que añadir el prefijo solamente. Otro modelo bastante extendido fue el tipo góndola, mas pequeño y manejable. Un avance que quedó muy moderno fueron los siguientes modelos. Ya no era necesario girar el disco, este se sustituyó por teclas numeradas del 0 al 9 lo que le daba mucha más rapidez. Se fueron añadiendo colores diferentes al negro (crema, verde claro, rojo, gris). Pero el tiempo evoluciona y maravillas de la tecnología surgió un modelo en el que al recibir una llamada del exterior si querías enviar esta a otro teléfono dentro de la misma oficina presionabas y hundías una tecla que era luminosa y ¡voilá!.
Cada oficinista tenía alguna herramienta imprescindible. Sin ella podía estar perdido y su efectividad reducirse al mínimo: su agenda telefónica. Era el poder reunido en un pequeño espacio. Desde la agenda tipo libreta dividida en letras hasta la agenda con disco que tuvo bastante difusión: imitaba a un teléfono. Estaba fabricada en plástico duro o metal y en el centro tenía un disco similar al del teléfono pero en vez de números figuraban letras. Al girar el disco la agenda se abría por la letra marcada. Una variación de este modelo cambiaba el disco por una pestaña móvil con la que fijabas la letra. Y finalmente recuerdo aquel modelo en plástico que servía de base al teléfono que tenía unas pestañas en las que al presionarlas salía un cajoncito con la letra seleccionada.
Y en esos tiempos todo el mundo fumaba en el trabajo, los clientes, los empleados, los directivos. A veces debido a la concentración de humos estas oficinas parecían un tugurio de Chicago. Para poner un poco de orden en este aspecto había ceniceros por todas las mesas, esquinas, salas de espera, despachos. Desde el sencillo de plástico con forma ondulada pasando por aquel que tuvo mucho éxito y que consistía en despositar la ceniza sobre la superficie y calcar una varilla central; al accionarla caía a un depósito consiguiendo dejar fuera de la vista las cenizas y colillas. Pero lo divertido era que giraba y giraba.
Y seguiremos escribiendo en próximas entregas sobre oficinas y despachos... y es que este tema da para mucho.
COLGATE, BINACA, SIGNAL, PROFIDEN, DENTICLOR, CLOSE- UP, LICOR DEL POLO, ULTRABRITE...
Desde que se empezó a generalizar su uso diario en los años 70 con aquellas campañas de higiene dental apoyadas por los colegios de estomatólogos, llamados odontólogos posteriormente, aunque para nosotros siempre serían dentistas, los dentífricos fueron adueñándose para bien de nuestras vidas.
En esos años 70 lo primordial era batir al principal enemigo: las caries. Normal, todas las golosinas estaban repletas de azúcar, la higiene dental no era la mejor, en muchos casos inexistentes, así que a la pasta de dientes se le añadió el fluor. Ese fue el principal mensaje en estos años, limpiarse los dientes después de cada comida. Posteriormente ya en los 80s una vez cumplida esta prioridad se fueron añadiendo dentífricos más específicos: antisarro, blanqueadores, infantiles, etc.
Tal vez las marcas más utilizadas fueron Colgate, Profidén y Licor del Polo sin olvidar a las demás. Durante muchos años básicamente se producían con un sólo sabor: menta. Poco a poco se fueron incorporando otros como el sabor a fresa, clorofila y algunos más que no tuvieron éxito. Recuerdo especialmente el Colgate gel con ese color azul tan intenso y su rico sabor.
Otros como la pasta de dientes Signal optó por ser más original y vender el dentífrico con 2 rayas que se dibujaban al salir del tubo y que nos encantaba. O la marca bilbaína Licor del Polo que además de vender dentífricos marcó la diferencia con el resto ya que fue de los primeros que ofreció al consumidor un enjuague dental con el que consiguió grandes ventas.
Y como siempre la publicidad. Era la que tanto en prensa como en radio y en anuncios televisivos intentaban convencer para que comprases una u otra marca. Y surgieron los eslóganes como "Colgate el mal aliento combate", "Sonrisa Profidén" término que se incorporó a la vida cotidiana, "Nuevo Denticlor, sonría por favor", "Close- up pone en tu boca el frescor que acerca".
Los anuncios de tv fueron muy ingeniosos. Recordareis sin duda el anuncio de Close- up en el que los actores echaban el aliento a sus acompañantes y la marca anunciaba los sabores "rojo fuerte", "verde menta" o "azul súper refrescante" o el de Licor del Polo en el que en la primera escena salía una chica con trenzas de una tienda de campaña enjuagándose la boca al ritmo de la música o el del dentífrico de esta misma marca que decía así: "Este anuncio de Licor del Polo va a hacer furor porque su crema sabor suave tiene mucho sabor y poco picor para limpiarse los dientes mejor. A los niños le gustará horror por su suabor".
O el de Binaca en el que salía una chica mordiendo algún tipo de vegetal crudo que ahora no recuerdo, para reforzar la imagen de salud dental de esta pasta de dientes.
Posteriormente y ya en nuestros dias aunque se siguen vendiendo en gran cantidad de estas marcas han aparecido otros dentífricos que le han quitado mucho mercado, los dentífricos fabricados por laboratorios farmacéuticos que son los preferidos por muchos consumidores (Lacer, Oral- b, Fluor-kin, etc).
¿Cuál era el tuyo?.
COLÓN, DIXAN, SKIP, ELENA, OMO, ESE, ARIEL, PERSIL, DASH, AJAX, BILORE, LUZIL, PERLAN, WIPP EXPRESS, MICOLOR, PERSAN PUNTOMATIC, LAGARTO, KALIA., FLOTA.¿ME OLVIDO ALGUNO?.
Pocos olores tienen tanto poder evocador como los detergentes. Si vamos por la calle y nos viene el aroma de ropa recién lavada, enseguida viajamos a nuestra infancia. ¿No tenéis la sensación de que los detergentes de ahora no huelen tanto?. ¿O es qué hace años no existían las lavadoras con super centrifugado ni las secadoras y la ropa se colgaba de los tendales comunitarios desprendiendo sus olores?.
Puede ser también que de pequeños pasábamos más horas en casa, que jugábamos con cualquier cosa incluyendo los tambores de detergente, que algunos de ellos guardaban regalos en su interior y teníamos que hundir nuestras manos en ellos para conseguirlos. O también porque la publicidad inundaba la televisión y la teníamos presente a todas horas. Sea como sea, vale la pena recordarlos y homenajearlos, fueran en forma de polvo, en pastillas o en líquido.
Realmente lo que nos interesaba eran los tambores vacios porque se podían utilizar para cualquier juego y el aroma que desprendían era agradable aunque si te ponías el tambor de sombrero no lo era tanto. ¿Y la utilidad de estos tambores?. Servían para guardar juguetes o lo que se nos ocurriese y sin necesidad de ordenar su interior.
Y llegamos al momento de los regalos. Hubo varias marcas que muy inteligentemente introducían regalos en su interior, sobre todo figuras de plástico, gomas de borrar, kalkitos (aquellas pegatinas o calcamonías), juegos de mesa como el 3 en raya, etc. O las tapas del tambor convertidos en mapas físicos de España y de los continentes en color ¡y en relieve!, o los tenedores, cucharas y cuchillos de Persil que consiguieron unificar los cubiertos de las casas de toda España en los años 70. Y para las madres los inevitables vales descuento en los que el fabricante rogaba a las tiendas y supermercados que aceptaran estos para su canje.
Durante muchos años la inversión en publicidad por parte de los fabricantes de detergentes fue millonaria, ya todos los españoles teníamos lavadoras en casa, y marcaron época. A veces se hacía una publicidad conjunta en la que marcas de lavadoras recomendaban una marca concreta de detergente y viceversa. Típicos fueron los anuncios televisivos en los a la vecina de arriba se le caía una prenda de ropa, por supuesto blanquísima y limpísima lo que le hacia replantearse toda su vida a la vecina de abajo hasta que lograba saber la marca de detergente tan milagrosa o la de un presentador del anuncio que intentaba convencer al ama de casa de que su detergente era el mejor y que le cambiaba el de la señora (era el patrocinador en el anuncio) por otros 2 o por otras promesas mejores pero esta madre de familia setentera y ochentera muy en sus trece no sucumbía ante tan importante tentación. O también se daba el caso contrario, se le hacía ver a la señora que su detergente actual no era el mejor.
No os perdáis a continuación la parodia de Martes y 13 sobre el detergente "Gabriel" muy parecido a uno de los detergentes más conocidos de la época.
Otra versión de la publicidad televisiva era la del presentador en la que este ya había convencido a la madre de familia de que utilizase su detergente. Entonces el ama de casa nos enseñaba como sus hijos y su marido ser rebozaban sobre la hierba del campo y llegaban manchadísimos (que manía de utilizar ropas blancas para mancharse). Por supuesto, la ropa salía de la lavadora más blanca incluso que recién comprada. Blanco nuclear le llamaban.
Pero quien marcó un hito en la publicidad de detergentes fue Manuel Luque, el director general de Camp, fabricante de Colón, Coral y Kalia. El spot se filmaba en su despacho y durante el medio minuto de duración hablaba del producto, de la continua investigación y desarrollo de su productos además del compromiso de la empresa con el consumidor, terminando con el archifamoso "Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo". En otros spots filmados por Manuel Luque, salía enseñando en la planta el proceso de fabricación de sus productos e incluso en otros con los trabajadores de la fábrica detrás de él. Esta publicidad que fue novedosa y rompedora consiguió sacar a la empresa Camp de la posible quiebra (tenía unos niveles de deuda excesivos) recuperando la confianza de los consumidores.
Y la publicidad fue evolucionando. Surgieron otras marcas que explicaban su producto como algo diferente, por ejemplo Wipp Express donde las madres de familia estaban "hartas de tanto frotar".
O Micolor con el ingenioso anuncio de los 2 payasos que se introducían en sendas lavadoras.
Y para finalizar, los impagables y recordados eslóganes:
Perlán: ¿Es nuevo?. No, lavado con Perlán. ¡Con suavizante!.
Ariel y el ahorro: "cacito a cacito".
Dash con la Tia Felisa: "Dash limpia más a cualquier temperatura".
Super Ese: "Lava blanco blanquísimo, limpio limpísimo".