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AQUEL MATERIAL ESCOLAR: LAS GOMAS DE BORRAR
CUADRADA, DE NATA, GIGANTE, DE BOLI/LÁPIZ, DE LENGUA DE GATO...
Y la marca que tenía el anillo único para gobernarlas a todas: MILAN. Si hay una marca que todos tenemos guardada en el recuerdo es esta. La goma de borrar más vendida en España en toda su historia por esta empresa originaria de Girona y fundada en 1918, fue sin duda la 430. Si, es la goma de forma cuadrada que todos tenemos en mente, la que solamente se fabricaba en colores rosa, verde y blanco, la más barata, la que siempre nos compraban nuestros padres pese a nuestras protestas porque queríamos otras con más glamour, la que no nos importa someter a todo tipo de experimentos, aquella goma que si se perdía (lo que ocurría a menudo) no importaba, debía ser el único objeto que si lo extraviábamos y/o perdíamos no recibíamos ni broncas ni regañinas. Buena compañera esta goma de borrar, la maltratábamos, la humillábamos, la mutilábamos con el cutter, la mordíamos, la acuchillábamos con el lápiz superafilado o con la punta del compás como si estuviésemos rodando la misma Psicosis de Hitchcock, la utilizábamos como munición para las cerbatanas... pero no podíamos vivir sin ella. Siempre fiel pese a todo.
Pero cuando desaparecía nuestra personalidad de Mr. Hyde y se manifestaba la más tranquila del Dr. Jekyll podíamos ser incluso hacendosos. ¿Quié no ha borrado toda la superficie del pupitre?. Comenzábamos por una esquina y cuando veíamos el efecto tan bueno logrado no podíamos parar hasta el final. Ese era el momento en el que lográbamos una comunión espiritual total con la goma de borrar, éramos un sólo Ser. La 430 era la mejor.
¿Realmente alguien con apariencia humana ha sido capaz alguna vez de gastarla toda hasta el final?. ¿Existe esa persona?. Si conocéis alguna no lo digáis. Seguro que habrá alguien que quiera capturarla para someterla a profundos estudios científicos.
Junto con la 430 la más famosa ha sido la goma de nata. Milan la fabricó con 2 formas. La más conocida que tenía forma rectangular y con una línea verde o roja en el centro de la goma y la que era de forma cuadrada envuelta en un celofán de color rosa. La goma de nata era la preferida por muchos de nosotros. ¿Os acordáis de su olor?. Pura delicia para los sentidos sobre todo para el del olfato porque el sabor no era equivalente a su olor. Sin duda este es uno de los olores más característicos de nuestra infancia.
También recordaréis la Milan gigante. Ocupaba toda la mano. Era tan grande como poco operativa. Era más como algo pintoresco, gracioso. Era la frikie de las gomas. Otra goma era la de lengua de gato tenía forma ovalada y con superficie más suave, especial para corregir dibujos delicados o en los que se utilizaban sombreados ya que estaba terminada sin aristas. Pero la que mejor borraba de todas ellas, también la más cara, era la goma plástica de la marca Staedtler, la de los lápices que todos teníamos. No machacaba el papel, era suave pero firme, pura efectividad alemana.
Lás gomas de borrar utilizadas de forma masiva eran las gomas para lápiz, pero también existían las de borrar bolígrafo. Normalmente se fabricaban mixtas para lograr mayor versatilidad. La mitad (o algo más) era para borrar lápiz y la otra mitad para borrar tinta. De todas formas, el intentar borrar tinta era infinitamente más complicado. Era muy fácil borrar la tinta. Lo difícil era no destruir el papel. Lo mismo ocurría cuando utilizábamos las gomas plásticas para borrar tinta de los estilógrafos (Rotring) en el papel vegetal o cebolla.
Otras marcas de gomas eran las Faber- Castell, Factis, Pelikan, Centauro (la marca de las libretas).
Lo dicho, imprescindibles, Aunque era la pariente pobre de los estuches o plumieres no podíamos pasar sin ella, por eso desde aquí queremos darle el homenaje que se merece. La queríamos y la necesitábamos.